Historias de jóvenes con espaldas anchas

jueves, 16 de junio de 2011

NUEVE MESES SOLA EN UNA ISLA EN BUSCA DE SU MUSA PERDIDA

Lucas Russo

María Fernanda Sáenz con tan solo 17 años de edad peleada con el mundo y
cansada de las exigencias de  su “Viaje Cósmico” se recluyó
sola en una pequeña isla del pacífico sur de Costa Rica enfrentada a Playa Cacao, un lugar completamente alejado de su familia y de sus amigos, los únicos que sabían de su destino. Estuvo allí nueve meses sólo con su guitarra, la que necesitaba para reencontrarse con su musa y la pasión por la música para poder componer sus propias canciones y no repetir la mala experiencia de su primer CD.
Para comunicarse con sus seres queridos, en caso de que le
ocurriera “algo con alguna culebra” en su estadía en la isla,
optó por comprar algunos paneles solares para, por lo menos,
poder cargar su teléfono celular y así no tener que viajar
al pueblo cada vez que este se quedara sin batería.
La solista costarricense necesitaba de la paz que le brindaba
esta playa de arena blanquecina y agua cristalina característica
de Bahía Golfito para meditar y encontrarse consigo misma.
Todo este proceso de autodescubrimiento le llevó nueve meses
hasta que fue invitada por un amigo para abrir un recital en
Guatemala por el 30º aniversario de la banda. Le gustó tanto
aquel país que decidió quedarse a vivir ahí junto a su pareja.

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